Se cree que fue inventado alrededor del año 1450 en España o Alemania, a pesar de ello se cree que ya existían algún tipo de arma de fuego portátil precursora de el arcabuz en las Guerras Husitas que datan de 1420 o 1430. Su nombre proviene de una palabra holandesa que significa cañón de gancho. Poco después de la caída de Constantinopla en 1453 también se tiene el uso de arcabuceros en las guerras de Hungría contra los turcos otomanos en tiempos del rey Matías Corvino, calculándose que uno de cada 4 soldados reclutados para este ejército llamado Ejértico Negro eran arcabuceros.
La primera batalla en la que fue decisivo el uso de este arma fue en la batalla de Cerignola en 1503 en territorio de lo que ahora es Italia. Allí los españoles al mando de Gonzalo Fernández de Córcoba venció al duque de Nemours con una estrategia en la que los arcabuceros estaban tras el foso y en varios trincheras que estaban delante de este detrás de los cuales estaban los piqueros esto dejó a la infantería y la caballería contraria a tiro por los arcabuceros lo que produjo muchas bajas en las cargas francesas.
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