Se cree que se inventó alrededor del siglo XV en Irlanda, el primer escrito donde se habla de esta bebida data del 1405 en los Anales de Conmacnoise, donde se habla de la muerte de un jefe por tomar aqua vitae, que es el nombre que se le da en estos escritos al whisky.
En Escocia en 1494 también se habla de esta bebida en el Exchequer Rolls (un tipo de documento fiscal de la corona) con motivo de un envio de malta de aproximadamente 500 kg por orden del rey James IV mandado al monje benedictino John Cor del monasterio de Lindores en Dunfermline, en este documento se especifica que es para el uso en la elaboración del aqua vitae. Con toda seguridad ya se había popularizado su consumo antes de esta fecha ya que en este envío se mandaba una cantidad con la que se podía elaborar unas 400 botellas.
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