El primer intento de hacer una máquina de coser fue del inglés Thomas Saint en 1790, estaba preparada para coser cuero y lona y ya tenía elementos que habría en las próximas máquinas como un brazo voladizo o una barra con agujas en vertical. Posteriormente Josef Madersperger en Austria en 1814 y Bartolomé Thimonnier en Francia en 1830 también consiguieron hacer máquinas de coser para trabajos puntuales. En Estados Unidos también se inventó una máquina con el punto y el ojo en el mismo extremo en 1832 por Walter Hunt.
Finalmente los inventores de las primeras máquinas de coser modernas fueron los americanos Elias Howe e Isaac Merritt Singer en 1845 y 1846. Merritt mejoró el sistema de Howe, al que le ganó finalmente una demanda por infringir su patente. La máquina de Singer ya funcionaba como las actuales con la aguja moviéndose de arriba a abajo en vez de horizontalmente y funcionaba a pedales, mientras que las anteriores funcionaban a manivela. El modelo de Singer fue finalmente el que se impuso comercialmente.
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