El arado se inventó aproximadamente en el año 3500 a.C. en Sumeria, antes de este invento se echaba las semillas al suelo con las manos y crecían de forma libre, el arado permitía que creciesen en hileras por lo que era más fácil su cosecha y regado. Los primitivos arados eran un palo ahorquillado que se arrastraba por el suelo lo que creaba un surco en el suelo en el que se ponían las semillas.
Las urnas funerarias más antiguas que se conocen datan de alrededor del 7000 a.C encontradas en el yacimiento Jiahu en la provincia de Henan en China donde se encontraron 32 de estas urnas, también en otros yacimientos chinos se han encontrado urnas de una antigüedad parecida como en el de Laoguantai, Shaanxi. Después de estas las más antiguas son las encontradas entre los pueblos eslavos y pueblos del norte de Europa. En 2500 a.C. se encuentran también en las islas británicas y la península ibérica. En Grecia se sabe de su utilización en la civilización minoica alrededor del 1000 a.C., así como entre los etruscos de donde la adoptaron los romanos que las colocaban en una hornacina familiar llamada columbarium.
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