Se comenzaron a utilizar en el siglo IV en China (algunos lo retrasan hasta el siglo I a.C) para alisar la seda, estaban hechas de latón que contenía brasas en el interior. En épocas posteriores en Europa se utilizaban alisadores de madera, vidrio o mármol pero estas no utilizaban el calor. En el siglo XVII se empezó a generalizar su uso gracias a a unas planchas calentadas al fuego huecas con madera o brasas ardiendo. En 1882 el estadounidense Henry Seeley inventó la plancha calentada con electricidad. Debido a que aún no había una red eléctrica en la mayoría de las casas hasta 1926 no se empezaron a utilizar para uso doméstico.
Las urnas funerarias más antiguas que se conocen datan de alrededor del 7000 a.C encontradas en el yacimiento Jiahu en la provincia de Henan en China donde se encontraron 32 de estas urnas, también en otros yacimientos chinos se han encontrado urnas de una antigüedad parecida como en el de Laoguantai, Shaanxi. Después de estas las más antiguas son las encontradas entre los pueblos eslavos y pueblos del norte de Europa. En 2500 a.C. se encuentran también en las islas británicas y la península ibérica. En Grecia se sabe de su utilización en la civilización minoica alrededor del 1000 a.C., así como entre los etruscos de donde la adoptaron los romanos que las colocaban en una hornacina familiar llamada columbarium.
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