Se inventó en China alrededor del siglo I d.C. durante casi mil años esta brújula solo sirvió para la adivinación, en concreto para buscar piedras preciosas y la selección de lugares para situar las casas, estaban hechos con una especie de cuchara de magnetita que se ponía sobre una placa de bronce que contenía varios símbolos celestes.
A partir del siglo XI durante la dinastía Song se comenzaron a hacer servir para determinar la dirección de los barcos principalmente, consistía en una vasija con una aguja imantada flotando, en los textos chinos se describe como un pez que flota en el agua y que siempre señala el sur.
A principios del siglo XIV en Europa se inventó la brújula seca que consistía en una aguja que estaba suspendida y por tanto permitía el giro libre de ésta, se metía dentro de una caja donde estaba pintada la rosa de los vientos y así se podía saber en todo momento hacia dónde se estaba navegando, a diferencia de las chinas estas agujas estaban orientadas al norte y no al sur, lo cual solo depende del extremo de la aguja que se tome como referencia.
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