Se inventó en 1565 en la región inglesa de Cumberland gracias al descubrimiento de una mina de grafito, aunque los primeros en idear una envoltura de madera para insertar el grafito fueron una pareja de italianos Simonio y Lyndiana Bernacotti. Sin embargo se prefirió utilizar el grafito para otros usos ya que se consideró un mineral estratégico por el ejército británico, aun así tuvo el monopolio casi absoluto de los lápices hasta mediados del siglo XIX.
A finales del siglo XVIII gracias a un sucedáneo del grafito que fue inventado independientemente por el austriaco Hardtmuth en 1790 y por el francés Conté en 1795 se pudieron comenzar a hacer lápices fuera de Inglaterra. En el siglo XIX se empezaron a hacer lápices de todos los colores gracias a los tintes de anilina.
A finales del siglo XVIII gracias a un sucedáneo del grafito que fue inventado independientemente por el austriaco Hardtmuth en 1790 y por el francés Conté en 1795 se pudieron comenzar a hacer lápices fuera de Inglaterra. En el siglo XIX se empezaron a hacer lápices de todos los colores gracias a los tintes de anilina.
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