El primero en patentar este objeto fue Joel Houghton en 1830, su lavavajillas estaba hecho de madera y se accionaba a mano, en 1865 se concedió otra patente para un modelo smilar a LA Alexander, estos modelos fueron lentos y poco fiables.
El primer lavavajillas fiable lo inventó Josephine Cochran en 1886, ya que estaba harta de que su servicio rompiera sus vajillas de porcelana al limpiarlas. Era muy rudimentario de forma circular con compartimentos de tela metálica donde se metían los diferentes elementos de la vajilla, funcionaba con un motor que hacía girar el aparejo y una caldera de donde salía agua caliente con jabón. Consiguió la patente ese mismo año y en 1893 se presentó en la Exposición Mundial de Chicago en 1893. Al principio solo se utilizaba en lugares como hoteles y restaurantes. Hasta los años 50 de este siglo no empezó a generar beneficios este invento, diez años después de que ya se hubiese inventado el lavavajillas automático.
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